jueves, 22 de marzo de 2012


Cada hoja es como un recuerdo.
Llamada por el otoño con su frio aliento,
palidece el rostro marchitada por el largo estío.
Ellas no saben volar.
Abatidas por una fugaz caricia del viento,
yacen en una muda lápida de hojarasca.
Olvidadas.
Sin horizonte.
Sin amanecer.

1 comentario:

Anónimo dijo...

buena foto ,amigo es bonita ,pero fuera de estacion, un saludo